Medio equipo bajo sospecha

El bochorno fue tal, que un cuarto del Bernabéu no quiso ver más a la hora de juego. Se marchó, incrédulo, ante lo que tenía frente a sí. Un Real Madrid sin fútbol ni corazón. Muy alejado de esa heroica versión que remontó hace apenas dos semanas contra el PSG (3-1). La noche dejó un huella profunda. «Ha sido mi culpa. Lo sentimos mucho. Es duro porque es un Clásico», dijo Ancelotti en la rueda de prensa posterior, entonando un mea culpa aplaudido por muchos, pese al enfado por su anómalo planteamiento. El Madrid perdió y la velada dejó muchos tocados. Cinco nombres, en concreto, muy heridos.

Carvajal
La mejor noticia para él es que no salió en la foto de ninguno de los goles. Pero sigue muy lejos de su mejor versión. Mucho. Tal fue el caso, que Carletto no dudó en sacrificarlo al descanso en la búsqueda de su all in por una remontada que, lejos de llegar, acabó en -más- sangría. Carvajal está cuajando una temporada de más bajos que altos. Sufrió horrores para intentar frenar a Mbappé en la eliminatoria de Champions, Ferran fue un quebradero de cabeza en el Clásico y para colmo, las lesiones le están lastrando: ya se ha perdido diez partidos por diversas molestias (13 si se tiene en cuenta también su baja por Covid, en vísperas de la final de Supercopa). Dio 22 pases… De los cuales falló siete.

Alaba
En un curso que le estaba aupando a lo más alto de la seguridad defensiva, su actuación ante el Barcelona le manchó el currículum. Fue, con mucha diferencia, su peor partido con la camiseta del Real Madrid. Perdió 12 balones, sólo ganó un 33% de los duelos y dio 43 pases, casi 20 menos que Militao (67). No se coordinó bien con Militao y, con el cambio de esquema al descanso, le ganaron la espalda continuamente en diez minutos catastróficos. Lo que tardó Ancelotti en asumir que su Plan C (tras el B, de poner a Modric de falso nueve) también había resultado fallido. Y ponerle de lateral izquierdo, donde le pudo el ímpetu ofensivo, a costa de perder la posición y propiciar varias contras de enorme peligro.

Kroos
El parón por su lesión antes del PSG le sentó muy mal. Y es por ello que muchos apuntan a que este parón de diez días se debe antojar clave para que se ponga a punto y reencuentre, de nuevo, con su mejor versión. Ancelotti lo exprimió durante meses y ha llegado al límite de lo físico al tramo final: ejemplo de ello es que, desde que se recuperase de una pubalgia hasta París, participó en absolutamente todos los partidos. Sólo paró en Liga contra el Alavés… Y contra la Real Sociedad, por causa de fuerza mayor. Contra el Barcelona pasó totalmente desapercibido y fue sustituído al descanso. Algo no va bien.

Rodrygo
El primer cuarto de hora fue un aluvión de ímpetu. De coraje. De ganas por intentarlo y demostrar que tiene mucho fútbol. Tuvo dos, ambas estrelladas en la defensa. Y ahí se acabó su partido. A partir de entonces, nada; invisible en ataque e inoperativo en defensa. Volvió a dejar un sabor insípido, esa sensación de que es un futbolista con mucho talento, pero atascado en su propio atolladero. Y con el quiste del gol: sólo ha marcado dos en 36 partidos oficiales. Pese a que su momento no es el mejor, fue escogido por Ancelotti para ser titular por delante de Asensio.

Asensio
Porque el balear fue suplente y de entre los que salieron desde el banquillo, el que menos se acercó a su nivel. Pese a que se encontrase un partido roto, imposible de enmendar, no enseñó esa garra que muchos esperaban para, al menos, llevarse un mejor sabor de boca de una noche pesadillesca. No se le pedían goles, pero sí mordiente. Y sólo disparó una vez, fuera. Su media hora, entrando por Rodrygo, le dejó en el mismo punto que estaba: el pulso con el brasileño por la banda derecha vuelve a la casilla de salida. Empate técnico.

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